Roque Dalton: poesía política que escapó de la muerte, en Imaginación es Poder

En la columna literaria de Imaginación es Poder (lunes a viernes de 14 a 16hs) traemos la poesía salvadoreña de Roque Dalton (1935-1975), quien tiene una historia de vida cargada de lucha y militancia política de la mano del PC de San Salvador desde los 22 años, fue dirigente estudiantil y periodista, participando activamente de la política de su país. Se salvó dos veces de morir fusilado. Una vez porque cayó el gobierno, y otra vez se salvó porque se cayó la pared, gracias a un oportuno terremoto. También se salvó de los torturadores, que lo dejaron maltrecho pero vivo, y de los policías que lo corrieron a balazos. Pero no se salva de sus compañeros. A sus 40 años fue asesinado por una fracción de la misma organización a la que pertenecía. De al lado tenía que venir esa bala, la única capaz de encontrarlo. Alta hora de la noche Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre porque se detendría la muerte y el reposo Tu voz, que es la campana de los cinco sentidos, sería el tenue faro buscando por mi niebla. Cuando sepas que he muerto di sílabas extrañas. Pronuncia flor, abeja, lágrima, pan, tormenta. No dejes que tus labios hallen mis once letras. Tengo sueño, he amado, he ganado el silencio. No pronuncies mi nombre, no pronuncies mi nombre. Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre. Ler mais

En la columna literaria de Imaginación es Poder (lunes a viernes de 14 a 16hs) traemos la poesía salvadoreña de Roque Dalton (1935-1975), quien tiene una historia de vida cargada de lucha y militancia política de la mano del PC de San Salvador desde los 22 años, fue dirigente estudiantil y periodista, participando activamente de la política de su país. Se salvó dos veces de morir fusilado. Una vez porque cayó el gobierno, y otra vez se salvó porque se cayó la pared, gracias a un oportuno terremoto. También se salvó de los torturadores, que lo dejaron maltrecho pero vivo, y de los policías que lo corrieron a balazos. Pero no se salva de sus compañeros. A sus 40 años fue asesinado por una fracción de la misma organización a la que pertenecía. De al lado tenía que venir esa bala, la única capaz de encontrarlo. Alta hora de la noche Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre porque se detendría la muerte y el reposo Tu voz, que es la campana de los cinco sentidos, sería el tenue faro buscando por mi niebla. Cuando sepas que he muerto di sílabas extrañas. Pronuncia flor, abeja, lágrima, pan, tormenta. No dejes que tus labios hallen mis once letras. Tengo sueño, he amado, he ganado el silencio. No pronuncies mi nombre, no pronuncies mi nombre. Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre. Leia menos